Presumiblemente, el cuerpo del joven no tenía huellas de disparos, por lo que se ignora la causa de su fallecimiento.

Todo indica que los peritos a quienes correspondió hacer el levantamiento de los cuerpos de las tres víctimas que murieron dentro del antro, se retiraron sin revisar todo el lugar.

El bartender, de nombre Eduardo, se convirtió así en la quinta víctima mortal de la agresión armada que un grupo de sicarios efectuó en el bar ubicado sobre el bulevar Adolfo López Mateos de Celaya, luego del cual arrojó un artefacto para causar un incendio, que fue apagado.

Ágora publicó que Eduardo fue encontrado hasta el viernes por la tarde, casi un día después del ataque que inicialmente se informó que dejó tres personas asesinadas y una herida.

El viernes por la mañana, la Fiscalía general precisó que fueron cuatro las víctimas mortales, además de otras cinco heridas.

Sin embargo, familiares del bartender indicaron al portal celayense que desde la noche del ataque habían estado tratando de localizar a Eduardo sin conseguirlo.

El viernes por la tarde, el propietario del negocio entró al edificio -que debió estar asegurado por la FGE- y de pronto escuchó sonar un teléfono celular en un área del bar.

Fue entonces cuando encontró el cuerpo de Eduardo; llamó a sus familiares y también a las autoridades.

Los peritos de la Fiscalía regresaron por el cuerpo de una víctima que no habían encontrado.

Según sus familiares, Eduardo estaba atendiendo la barra cuando ocurrió el tiroteo, y habría corrido a ocultarse en la bodega. Su cuerpo fue encontrado en unas escaleras.

Los empleados de la Fiscalía “se excusaron diciendo que no revisaron la parte de arriba por el humo”, citó el portal informativo como declaración de uno de los familiares del muchacho.

“Toda la familia estamos destrozados por su pérdida y la negligencia de los peritos por no revisar bien el lugar y los dueños al no percatarse que uno de sus empleados faltaba”, fue el reclamo de la familia de Eduardo.

Fuente: Proceso