Los científicos alertaron que del orificio escapa agua casi dulce que puede fungir como lúbricamente tectónico
Una grieta de casi mil kilómetros de largo en el fondo del océano Pacifico ha causado cierta preocupación entre científicos, que temen que dicha falla sea un aliciente de un terremoto que podría alcanzar una magnitud 9, algo que sería devastador para la región que lo sufra.
Este agujero se encuentra a 80 kilómetros de la costa de Oregón, en el límite de la falla de inmersión conocida como Cascadia, que se extiende desde el norte de California hasta Canadá.
Un equipo de investigadores de la Universidad de Washington nombraron el descubrimiento como Pythia’s Oasis, en referencia al oráculo que dictaba profecías mientras estaba sentado en una fuente termal.
Dicho agujero, que arroja líquido caliente, se encarga de filtrar agua distinta hacia el océano, que es inyectado por grandes cantidades de boro y litio, así como de cloruro, potasio y magnesio, aunque estos en menor medida, de acuerdo al estudio publicado en la revista Science Advances.
“Exploraron en esa dirección y lo que vieron no fueron solo burbujas de metano, sino agua que salía del lecho marino como una manguera contra incendios. Eso es algo que nunca había visto y, que yo sepa, no se había observado antes”, manifestó Evan Solomon, profesor y coautor del estudio.
Un dato que alimenta la teoría sobre la aparición de un mega terremoto señala que la causa sería debido a que el fluido que proviene de la falla de Cascadia, donde las temperaturas son de entre 150 y 250 grados Celsius, se encuentra en el Cinturón de Fuego del Pacífico, zona en donde ocurre el 90 por ciento de los terremotos del mundo.
Los investigadores detectaron que el agua dulce que escapa del agujero puede funcionar como una especie de lubricante tectónico, y sin él, la placa en la que se asiente podría estar en peligro de moverse y provocar un desastre.
Hasta ahora, esta fuga marina es la primera conocida en su tipo, pero no se descarta la presencia de algunas otras justo en las cercanías.
Fuente: Excélsior