La Biblia narra la historia de la Última Cena en el año 33 d.C., cuando Jesús se reunió con sus 12 apóstoles y reveló que uno de ellos lo traicionaría, anunciando también su muerte inminente.
El lugar donde se realizó “La Última Cena” que Jesús celebró con sus apóstoles antes de ser crucificado, es una de las historias más emblemáticas de la Biblia y que cada Semana Santa es recordada en medio de ceremonias solemnes, estaría próximo a descubrirse.
Ahora, 2 mil años después de este histórico episodio bíblico, los arqueólogos están dedicando sus esfuerzos para encontrar su ubicación exacta en Jerusalén.
Se cree que este encuentro tuvo lugar en el ‘Cenáculo’, un salón ubicado en una casa de dos pisos con paredes de piedra caliza y un techo rojo inclinado, que todavía se mantiene en pie en la ciudad. Este lugar no solo es significativo por su conexión con Jesús, sino también por su impresionante arquitectura y su importancia histórica.
La Biblia narra la historia de la Última Cena en el año 33 d.C., cuando Jesús se reunió con sus 12 apóstoles y reveló que uno de ellos lo traicionaría, anunciando también su muerte inminente. Durante el encuentro, Jesús bendijo el pan y el vino, explicando que estos elementos representaban su cuerpo, que sería quebrantado, y su sangre, que sería derramada para el perdón de los pecados.
Como los investigadores no han podido realizar ninguna excavación arqueológica, no pueden confirmar si el edificio existía durante la Última Cena, sin embargo, en 1884, los cristianos ortodoxos griegos descubrieron lo que se cree que es el mapa más antiguo de Jerusalén mientras construían una nueva iglesia en Madaba, Jordania.
En 2017 que David Christian Clausen, profesor adjunto de Estudios Religiosos en la Universidad de Carolina del Norte, notó algo inusual: había un edificio con el mismo techo rojo inclinado que el Cenáculo y estaba en el mismo lugar.
Esto llevó a los investigadores a sospechar que el Cenáculo fue el lugar de la Última Cena, pero aún necesitaban más pruebas, que aparecieron en un dibujo del siglo VI descubierto en Italia en 1846.
El dibujo mostraba a Jesús recorriendo las puertas del sur de la ciudad montado en un burro con el Cenáculo al fondo sirvió de referencia, sobre todo porque la historia se cuenta en el Libro de Mateo, donde se relata la entrada de Jesús en Jerusalén para cumplir la profecía de Zacarías que decía que habría una “Segunda venida de Jesucristo” y los muertos resucitarían.
En tanto, la Autoridad de Antigüedades de Israel (IAA) se propuso probar la teoría en 2019 utilizando tecnología láser e imágenes fotográficas avanzadas para eliminar todas las actualizaciones realizadas al Cenáculo a lo largo de los años y revelar cómo se veía originalmente durante la Última Cena.
La búsqueda de la ubicación exacta de la Última Cena es un esfuerzo que combina historia, arqueología y fe, y cada nuevo descubrimiento acerca a los investigadores a entender mejor el contexto y los detalles de este momento crucial en la historia cristiana.
Fuente: Excélsior