El eclipse, tanto solar como lunar, tenía un significado profundo en las culturas mesoamericanas, incluyendo tanto a los aztecas como a los mayas.
Miles de personas ya esperan con ansias eclipse solar total que podrá verse en estados del norte de México en su totalidad el próximo 8 de abril y de manera parcial en el resto del país, por lo que ya se han emitido recomendaciones y tips para disfrutar este evento astronómico al máximo, pues no volverá a repetirse hasta 2045.
Sin embargo, durante la época prehispánica los eclipses se concebían como algo muy distinto a lo que conocemos actualmente y estaba más bien relacionado con mitos y leyendas propios de cada cultura, aunque también se había estudiado los suficiente sobre este fenómeno.
Desde tiempos antiguos, las antiguas civilizaciones en ya prestaban especial atención a los astros y explican su comportamiento con mitología, que a su vez se basaba en conocimientos matemáticos.
El eclipse, tanto solar como lunar, tenía un significado profundo en las culturas mesoamericanas, incluyendo tanto a los aztecas como a los mayas. Ambas civilizaciones tenían creencias arraigadas y prácticas específicas relacionadas con estos fenómenos celestiales.
El eclipse para los aztecas
Para los aztecas, el eclipse solar era visto como el momento en que el sol era “comido” por entidades malignas, como las “tzitzimime”, que descendían para causar daño y caos en la tierra.
Para protegerse, los aztecas llevaban consigo un cuchillo de pedernal blanco que simbolizaba la luna y protegían a los niños con máscaras de maguey para evitar su transformación en ratones.
También creían que la exposición directa al eclipse podía causar malformaciones en los niños por nacer.
El eclipse en la cultura maya
En contraste, los mayas tenían una comprensión más compleja de los eclipses, documentada en el Códice Dresde.
Consideraban que los eclipses eran eventos cósmicos que representaban conflictos entre divinidades, como Kinich Ahau (dios sol) y Ixchel (diosa de la luna).
Interpretaron los eclipses como presagios de sequías, guerra o muerte, y los eclipses lunares eran vistos como particularmente peligrosos para las mujeres embarazadas y los niños.
Los mayas también tenían precauciones específicas para observar los eclipses. Temían que mirar directamente al sol durante un eclipse solar pudiera atraer pájaros que les sacaran los ojos, por lo que observaban el fenómeno a través del reflejo del sol en el agua.
Estas creencias y prácticas reflejan la profunda conexión que tenían estas culturas mesoamericanas con el cosmos y cómo interpretaban los fenómenos naturales en función de sus propias cosmologías y mitologías.
Fuente: Excélsior