Un perro que fue salvado del maltrato terminó en un albergue de Estados Unidos, pero al parecer se cansó de esperar para ser adoptado y escapó del lugar para dirigirse a un asilo de ancianos.
Al llegar se acurrucó en un sofá y durmió ahí toda la noche, pero al siguiente día los trabajadores del asilo llamaron a control animal para que lo regresaran al refugio. Pese a resguardarlo, de nuevo se escapó.
De acuerdo con Detroit Free Press, las enfermeras se dieron por vencidas al ver que el lomito había elegido vivir ahí y ya nadie podía detenerlo, así que terminó quedándose con ellos.
Las personas que viven en el Centro de Atención Médica Meadow Brook sufren demencia, tienen alguna enfermedad terminal o simplemente fueron llevados porque nadie más quiso hacerse cargo de ellos, pero ese perrito cambió el ambiente del lugar.
El animal había sufrido mucho, le daban miedo algunos ruidos, vivía asustado, con varias cicatrices e incluso una herida que ya había sanado de un disparo que recibió, pero nunca se mostró agresivo, sino que todo lo contrario.
Perrito enfermero
Parecía que era el destino, incluso la administradora del asilo, Marna Robinson, sintió que el propio perro los había elegido.
“Soy una persona que mira las señales externas, y si tiene que ser así, tiene que ser, Lo hizo una vez, dos, tres veces y obviamente es algo a lo que debes prestar atención. Y le pregunté al personal: ‘Bueno, él quiere estar aquí’. ¿A alguien le gustaría tener un perro?’”, dijo a Free Press.
Todos los habitantes y trabajadores aceptaron tener una mascota, así que se convirtió en el perrito de todos.
Desde entonces, el lomito hace las rondas con y sin las enfermeras, cuidando que los pacientes estén cómodos, dando cariño a los que se sienten mal o solos metiéndose en sus camas para dormir a su lado.
Los trabajadores casi no pueden controlar su sentido de servicio, pero es una realidad que el lomito llegó a ese lugar para dar amor y felicidad.
Fuente: El Sol de México